Porfía Blanco

La porfía de si las variedades autóctonas, que eran muy comunes en nuestros viñedos antes de la filoxera, pueden o no hacer grandes vinos está actualmente muy latente.

Muchos dicen que no son aptas para elaborar buenos vinos y que por eso no se lo replantearon después de la filoxera, otros que no se lo replantearon al no ser tan productivas o por ser variedades muy tardías y complicadas de cultivar. Yo decidí comprobarlo por mí mismo.

 

Este vino nace de la mezcla de ocho microvinificaciones de ocho variedades diferentes: Beba, Mantúa de Pilas, Doradilla, Indiana, Cañocazo, Mantúa Castellana, Jaén Blanca y Vigiriega.

 

No todo es blanco o negro.

 

Bajo mi punto de vista, decir que dos de estas variedades no me gustaron en absoluto, cuatro de estas variedades podrían ser muy buenas a la hora de realizar mezclas, cada una aportando algo diferente y contribuyendo en añadas donde quizá pueda echarse en falta aroma o acidez.

Dos de ellas son de clase mundial,  muy transmisoras del suelo, buena acidez y con un carácter muy afinado, definitivamente se adaptan a mi manera de entender el vino, las injertaré este año en mi viñedo.